Era algo que no se esperaba. Los Ángeles Lakers, tras la incorporación de Lebron James, era uno de los fijos dentro de los ocho clasificados a las finales de la NBA. Aún tienen 10 partidos por jugar, pero matematicamente, ya no puedan sumar los puntos necesarios para entrar a los playoffs.
La derrota ante Brooklyn Nets por 111-106, como local en el Staples Center, representó el adiós oficial a todas las esperanzas que quedaban, algo que no sucedía desde la temporada 2012/2013 para el equipo angelino, cuando cayeron en la primera ronda contra San Antonio Spurs.
Por su lado Lebron, que había logrado conseguirle el único título de la historia a Cleveland, no pudo pudo quedar en la memoria de LA, por lo menos en esta oportunidad, tras haber participado en la gran final de NBA por ocho años consecutivos.