Atlético Nacional perdió el primer duelo ante Libertad de Paraguay, pero el equipo de Autuori no jugó mal. No hizo méritos para ser el dueño absoluto de marcador, pero tampoco se vio superado para decir que un empate era un premio injusto. El Verde simplemente se trajo una derrota de Paraguay porque se equivocó y no las cobró.
El primer tiempo fue opaco. Pocas opciones de gol, el juego se cortaba recurrentemente en la mitad y ambos equipos convivieron con muchos errores en la precisión de los pases. Aun así, Nacional tuvo dos chances para irse en ventaja al descanso, ambas con Omar Duarte: una que estrelló contra el palo (no la fácil) y otra que ni siquiera logró atinarle al balón.
Hay una frase que desde pequeños nos enseñaron cuando le dábamos los primeros toques al balón, algo así como “el que no los hace…” y eso hizo Libertad. ‘Tacuara’ Cardozo aprovechó que no tenía marca y la mandó a la red.
En el fútbol muchas veces se pierde por malos funcionamientos, porque los jugadores no estaban en su noche y nada les salía, porque el arquero contrario estaba en su máxima inspiración y ese día se levantó como Benji Price o porque simplemente el fútbol, a veces, es injusto. Pero Nacional no perdió por las injusticias del fútbol, al contrario, perdió porque en la mayoría de veces hay justicias.
Ayer Omar Duarte demostró que no está en la capacidad para asumir la camiseta 9 de Atlético Nacional. La opción que desperdició no tiene titular alguno que lo describa. Porque la Copa Libertadores es donde se demuestra la jerarquía, es el torneo de los equipos que menos cometen errores y de los que saben aprovechar el menor descuido del contrario.