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Por: Santiago Aristizábal – @elblogdetiagoaristi
El volante argentino Adrián Arregui ha expresado a la opinión pública que pasa por una difícil situación personal por estar alejado de su familia y sumado esto a la muerte de su padre hace poco tiempo, por lo cual no continuará este año en Independiente Medellín y regresará a su país. El club antioqueño le dará una licencia no remunerada por 6 meses y el jugador podría llegar a préstamo a un equipo argentino.
«Traté de dar lo mejor de mí pero ya no aguanto, ya no lo soporto. Me invadió mucha tristeza y desolación. Mi decisión es volver a Argentina para estar con mi mamá, con mi hijo, con la gente que me queda. No estoy bien, estoy pasando una crisis, un momento horrible y no encuentro otra salida que refugiarme en el abrazo de mi hijo, de mi mamá y de mis hermanos».
Luego de conocerse esto, y como en todo tema, voces de todo lado y de todo tipo, hasta algunas que dicen no creer y que a la historia le hace falta una parte.
¡Claro! Le hacen falta varias partes. Toda una vida y todos los temas privados de un ser humano no se exponen en una rueda de prensa. No lo voy a contar porque es su vida privada, pero conozco gran parte de la historia de Adrián y no pasa nada turbio ni hay «gato encerrado». Pasa que es muy nuestro pensar que siempre hay malas intenciones, por algo será.
Luego de estar en larga cuarentena, escuchando de reinvenciones y leyendo todos los días de la búsqueda de lo humano, del valor de la familia, de encontrarnos con lo esencial, y sale alguien a tomar una decisión encaminada a eso y «no le creen». Cada quien, pero, bastante llamativo lo que hay en la cabeza de mucha gente.
Adrián Arregui y el VALOR de lo REALMENTE IMPORTANTE.